#SomosRadio #101Radio
- Guido Ruiz
- 22 ago 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago 2021
El fútbol y la radio han sido, y lo serán mientras por el ambiente ronden los anticuados y los "retros", amigos casi inseparables. Ya desde el principio de los tiempos las transmisiones radiales acompañaban al deporte más popular del mundo. Acá en el sur, sin embargo, hay algo distinto. Una nostalgia que no se ve en otros países. Los abuelos y algunos padres se aferran al relato radial por sobre cualquier otra cosa. Incluso, a pesar de estar en la cancha, siempre está presente aquel que mira de pie mientras escucha el relato de la radio. Y en momentos de definiciones, ni hablar.
Pero si hablamos de fútbol, no podemos obviar los famosos detalles incomprobables. Esos que nos hicieron ilusionarnos hace muy poquito, a pesar del miedo a recibir otro golpe, y que toda la vida nos van a hacer pensar "¿Y si esto es una señal?".
Un 22 de febrero de 1981, un Boca renovado, ya sin el Toto Lorenzo en el banco de suplentes, se enfrentaba a Talleres. En el equipo titular de los de la ribera aparecía un joven Diego Armando Maradona, en lo que sería su inolvidable debut con la camiseta de sus amores.
Extrañamente, y a diferencia de lo que estamos acostumbrados en estos últimos tiempos, el protagonista de la historia de hoy no es el 10, sino quien lo acompañó desde la cabina.
Otro debut se producía en lo alto del estadio. Victor Hugo Morales, con 33 años recién cumplidos, realizaba su primer relato en Argentina para la radio El Mundo, y lo recuerda de la siguiente manera: "Creo que salieron bien las cosas, que salió un relato con mucha precisión, de prácticamente no equivocarme con ningún jugador, con mucho ritmo. Y también una cierta creatividad inspirada, como siempre, por Diego especialmente, pero también por el entorno que tenía el partido y que para mí era un lugar muy fascinante (...)".
Impensado sería, que estos dos fenómenos del fútbol, del relato, del arte, se reencontrarían 5 años después, en un mundial, y que coincidirían para hacer el mejor gol de todos los tiempos y el relato más emotivo, sentido, el mejor de todos. Porque si hay algo que comprendemos los argentinos, es que los grandes momentos como este, se posicionan inequívocamente en el sentido común popular. Por ello, ya 45 años después, todos y cada uno de nosotros recordamos ese relato y ese gol. Como si fuese una experiencia que se instalo en la conciencia colectiva de una sociedad que es golpeada constantemente, pero que de vez en cuando, como hace muy poco, le suceden este tipo de alegrías y las atesora eternamente.
Aquel 22 de febrero, Morales sentenció el primer gol de Maradona diciendo que "la soltó como una lágrima". Qué casualidad esa combinación de palabras, porque 45 años después, y durante toda la historia de ahí en adelante, la gente soltó y soltará lagrimas al recordar el gol y el relato. Por contexto, por logro, por significado, por empatía.
Que hayan debutado juntos, permítanme decirlo, no fue una casualidad de ninguna manera.
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